Uber impone un ‘hachazo’ del 40% al valor de las licencias VTC de Moove Cars
El gigante norteamericano Uber le ha ganado la partida a los dueños de Moove Cars, líder en España del sector de las VTC, controlada por el fondo King Street Capital y varios inversores españoles, entre ellos Jaime Castellanos, presidente de Lazard, y Jon Riberas, de Gonvarri. Uber ha cerrado un acuerdo para comprar el 30% de la compañía por un pago de cuatro millones de euros inicialmente y un compromiso de invertir hasta 185 millones de dólares en los próximos ocho años.
El acuerdo encierra un soplo de aire fresco para Moove Cars, que estaba en la uvi por el desplome de la facturación por la crisis del coronavirus y por la fuerte inversión en la compra de licencias de Vehículos de Turismo con Conductor (VTC), que ha endeudado en exceso a la empresa. Sin embargo, quien ha salido ganando ha sido Uber, puesto que ha comprado un porcentaje importante de la empresa a un precio bajo.
«Ha impuesto una rebaja del valor de las licencias del 40%. Lo que antes valía 100 y estaba puesto en libros que valía 100 ahora vale 60», explican fuentes conocedoras de la situación
El motivo es que ha reducido el valor total de la empresa en la ‘due dilligence’ previa a la firma de la operación al imponer un ‘hachazo’ al valor real de las licencias VTC que tiene la firma, unas 4.000 en todo el país -Uber ya era el proveedor de vehículos y se contrataban a través de la ‘app’ norteamericana-.
«Ha impuesto una rebaja del valor de las licencias del 40%. Lo que antes valía 100 y estaba puesto en libros que valía 100 ahora vale 60», explican fuentes conocedoras de la situación. Fuentes oficiales de Moove Cars no han negado ni confirmado la información. Uber no ha contestado a la llamada de este diario.
Moove Cars inició su actividad en 2018, cuando Jaime Castellanos, Jon Riberas y Pedro del Corro y Álvaro Garteiz, vinculados a Torreal, la sociedad de inversión de Juan Abelló, se unieron al fondo King Street para invertir hasta 200 millones de euros en comprar licencias de VTC. Eran los momentos en el que este negocio plantaba cara al taxi y todo hacía apuntar a que lo iba a fagocitar. Esto provocó que el precio de las licencias de VTC se disparara al calor de una ‘fiebre’ por liderar un sector que iba a dar a los inversores retornos de cientos de millones.
Tres años después, la situación es diferente. Moove Cars afronta una crisis económica grave por su elevada deuda y por la falta de ingresos por las restricciones a la movilidad aprobadas por los diferentes gobiernos autonómicos para frenar la expansión del coronavirus. Es lo que le ha sucedido a otros negocios en estos momentos, pero que en el caso de Moove Cars se ha agudizado por su deuda.
Muchos empresarios decidieron apostar por este sector y comprar licencias VTC. Pero ninguno entró en este sector con la fuerza del fondo King Street y Castellanos, que se jugaron 200 millones en esta aventura. En el verano de 2018 los inversores ya temían por el futuro del negocio.
Fondos para los accionistas
Ahora Uber ha jugado sus cartas y ha impuesto esa rebaja del 40% en el valor de las licencias de Moove Cars, rebajando el valor de toda la empresa y comprando el 30% en función de ese nuevo valor. El acuerdo incluye un primer pago de cuatro millones de euros y el resto, hasta 185 millones, en los próximos ocho años. Un primer pago que tampoco es lo habitual en este tipo de operaciones.
«Lo que ha ocurrido es que ese primer pago se lo han embolsado los accionistas. No ha ido a parar a la caja de la empresa para pagar a los proveedores o para el día a día de la gestión o para invertirlos en publicidad o en mejorar el servicio. Se lo han embolsado los accionistas», explican fuentes del sector. Este extremo tampoco ha sido desmentido ni confirmado por la empresa.
«Lo que ha ocurrido es que ese primer pago se lo han embolsado los accionistas. No ha ido a parar a la caja de la empresa para pagar a los proveedores o para el día a día de la gestión», explican fuentes del sector
De momento, sigue sin conocerse cómo quedará el accionariado de la compañía cuando Uber complete su desembarco. En definitiva, quién ha vendido sus acciones. En estos momentos, King Street era dueño del 70% de la empresa y el otro 30% estaba en manos de una sociedad propiedad de Castellanos, Riberas y Del Corro y Garteiz. Lo que no cambiará con la entrada de Uber es la gestión de la compañía, que seguirá en manos de Manuel Puga.
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